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ILUSIONES Crónicas

ILUSIONES

CRÓNICAS DEL Pavón Teatro Kamikaze

ILUSIONES

Autor: IVAN VIRIPAEV

Director: MIGUEL DEL ARCO

Llegué ya iniciada la función. Como castigo, unas cuantas de las preguntas que dirigían los actores directamente al público vinieron a señalar mi entrada por el pasillo del patio de butacas. Respondí con un gesto de mi mano y provoqué alguna que otra risa. Por fin me senté, pero no en la invisibilidad más absoluta, aunque mi lugar resultase un apropiado observatorio.

La escenografía ideada por Eduardo Moreno era hermosa, decadente y llena de misterio. Un desván ecléctico: despojos de un teatro abandonado a la erosión del paso del tiempo, un carrusel gigantesco, armarios roperos, puertas infranqueables, firmamentos insondables y ocultos… Todo empezó como un juego: risas girando sobre su propio eje, vuelo, historias en caída libre, anecdotarios diversos que se entrecruzan, lógicas emocionales que se construyen y se desbaratan como castillos de naipes, cuerpos que vehiculizan vivencias ajenas, narraciones que se encarnan y se trasmiten, ecos de la memoria, espejismos. ¿Cuál es la huella tras el impacto? ¿Cuáles los huecos, los agujeros negros, los actos fallidos? ¿Hasta qué punto el invento no es protagonista siempre, material necesario para sostener el andamio provisional que supone nuestra existencia? ¿Nuestra capacidad creativa es condición sine qua non en los constructos del amor romántico? ¿Somos pequeños dioses generando micro-universos? ¿Cuál es la materia esencial, cuál el motor de nuestra incesante búsqueda? ¿Cuál es nuestra perspectiva sobre el amor, al final de la vida? Seguramente, de alcanzarnos las fuerzas, demandaríamos más vida, vivir lo no vivido; experimentar las posibilidades descartadas, infravaloradas o ignoradas; alcanzar lo inalcanzable; brillar en la oscuridad final, con el mismo fulgor ficticio de los astros. La luz de la noche es fría y mágica, no nos calienta. Solo el sol nos gobierna con su cercanía. ¡Pero qué inspirador un cielo tachonado de estrellas!

Ivan Viripaev se empeña con este texto en quitarnos importancia, en relativizarnos, para que podamos así tomar distancia y abrir la conciencia, escuchar los relatos como fragmentos de vidas pasadas y futuras. No son grandes gestas ni vidas insignificantes. Aunque es precisamente el sentido lo que se nos escapa, la razón de este empeño en narrarnos, de permanecer de algún modo entre los vivos. La contradicción, la paradoja, las diferentes versiones de los mismos hechos, ponen un punto de ironía y nos alejan del sentimentalismo o de lo melodramático. Solo nos queda la empatía; pero no una pequeñita, de andar por casa, sino esa que todo lo disculpa con una sonrisa cómplice, la de nuestra ingenuidad eterna.

La manera en que relatamos nos delata, también a los artistas. En el montaje de Miguel del Arco el humor viene a poner la sal; la música, los aromas. A veces, el uso de la palabra se transforma en canto, así ha sido a lo largo de la Historia, desde los juglares hasta nuestros tiempos. No sorprende que del Arco incluya números musicales, por tanto, relatos añadidos en forma de canciones. Tampoco que esconda un alma en un armario para invitarla a salir de vez en cuando a que tome el aire; ni que nos reciban los relatores vestidos de ceremonia para después andar en chándal hasta las escenas finales, en las que regresan al smoking. Todo es fugaz, efímero. También el espectáculo, la dimensión meta-teatral del espectáculo. Regresaremos a nuestras vidas, a nuestra muerte lenta, a nuestras ilusiones, unos y otros, actores y público. Se olvidarán o no los relatos. Pero el ritual nos trasciende, de ahí la ceremonia.

La ruptura de la cuarta pared puede resultar incluso incómoda. La magia cuando se utiliza este recurso no está en trucos teatrales, viene a situarse por encima de nuestras cabezas. Estamos inmersos en lo mágico, no podemos escapar del prodigio. Fuimos interpelados en diferentes momentos del ritual dramático, la otra tarde, no nos dejaron tranquilos, nos incluyeron. Sé que hay público que se resiste a este esfuerzo participativo. Pero el Arte siempre solicita del que lo consume esa implicación expresa y esforzada, de una forma o de otra, otra cosa es que consiga movilizar los impulsos precisos. También es una cuestión de voluntad por parte del espectador, por supuesto. Algunos acceden a un teatro con la intención de distraerse, o de que les aleccionen, o de que les dejen el corazón hecho un higo –que diría mi abuela-. Estos, frente a un texto así, están perdidos. Sobre todo porque no se trata de un reflejo publicitario de nosotros mismos; no es amable, ni entrañable, ni grandilocuente, ni deja de serlo; nos invita a cuestionarnos sobre hechos cotidianos, pero no nos alecciona.

Es muy interesante el concepto desdramatizado que autor y director nos ofrecen de la muerte, la vida queda orientada al disfrute del aquí y el ahora. No es nuevo, pero sí revolucionario, teniendo en cuenta que en nuestra cultura la muerte sigue siendo tema tabú. Esta aceptación de lo transitorio en nuestras vidas es más propia de culturas como la japonesa.

En cuanto a la dirección de actores, se trata de una propuesta muy coral, en la que cada cual aporta sus bondades interpretativas desde el papel que le ha caído en suerte. Hay escenas que se resuelven a través de una coreografía de movimientos y acciones en la que todo el elenco se involucra – como la emocionante escena inicial del carrusel, metáfora del mundo o del teatro del mundo-. Otras, por el contrario, son protagonizadas de forma consecutiva por uno de los componentes del elenco. Un tercer tipo de escenas resuelve los conflictos surgidos entre los distintos personajes y sus diversas versiones de lo vivido o relatado. Y, por último, en otras se regresa al contacto directo con el público, como ya hemos mencionado. Justo cuando parece que la obra pierde ritmo, cuando el anecdotario parece no interesarnos tanto, el director opta por introducir números musicales muy actuales que vienen a despejarnos como un soplo de aire fresco. Podríamos sentir que nos sacan de algún lado, pero no es así, tan solo regresan a la realidad compartida con nosotros. Lo han hecho ya entre ellos: se han ensimismado primero para, una vez finalizada cada historia, establecer de nuevo contacto con el resto del elenco. La puesta en escena es poliédrica y se mueve en distintos planos, como acabamos de explicar.

Compañeros, de la misma especie todos los presentes, actores y público. Podríamos levantarnos subir al escenario y alzar nuestra voz, narrar nuestra propia historia o las historias que conocemos. De hecho, así lo hacemos, día a día, somos contadores de historias, relatores, actores y testigos, trasmisores de vida vivida.

¡Qué valiente es este director, Miguel del Arco! Un verdadero Kamikaze que se arriesga a traernos autores desconocidos, textos complicados de llevar al escenario, temáticas en las que late un contenido de hondo calado.
El estreno de Ilusiones en España ha tenido lugar en el Pavón Teatro Kamikaze. Espero que el lector tenga ocasión de comprobarlo y disfrutarlo.

IVAN VIRIPAEV
MIGUEL DEL ARCO
Eduardo Moreno

Crónicas

Por MJ CORTÉS ROBLES

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CNTC y NOVIEMBRE TEATRO Crónicas

ENTRE BOBOS ANDA EL JUEGO

CRÓNICAS DEL Teatro de la Comedia

ENTRE BOBOS ANDA EL JUEGO

Autor: ROJAS ZORRILLA

Versión: Yolanda Pallín

Director: EDUARDO VASCO

Creación y producción: CNTC y NOVIEMBRE TEATRO

Somos buscadores de oro, los espectadores que acudimos a espectáculos sobre textos de otros siglos, los directores que acometen el reto de traerlos hasta nuestra época y los actores que median en ese trance, poniendo en juego su oficio y su talento. Entre unos y otros, agujereamos la montaña de tradición teatral hasta dar con una beta de reluciente calibre que, al trabajarla con esmero, nos acaba ofreciendo el material deseado. Ya de por sí hay siglos calificados como áureos, dado el valor de su legado. No nos internamos a oscuras, por tanto, bajo los estratos acumulados de la Historia, sino que nos orientan potentes focos que señalan el camino, avanzamos con la seguridad de la recompensa posterior.

Mientras esperaba unos minutos a las puertas del teatro, en la Calle del Príncipe, vi llegar a Lorenzo Caprile, asombrosamente sobrio y discreto, si comparamos su indumentaria con el despliegue de imaginación y colorido que pudimos disfrutar unos minutos después, en el vestuario que este creador había ideado para la representación de Entre bobos anda el juego. Los allí convocados para asistir a un ensayo general, ingresamos en el Teatro de la Comedia hasta ocupar la totalidad de los asientos. Nos recibía un telón pintado -escenografía diseñada por Carolina González-, las afueras de un Madrid amurallado nos predisponía a una suerte de viaje en el tiempo.

Y el viaje comenzó con tintes de comedia de enredo, pero con reprobable propósito: una mujer fértil, en edad casadera, es ofrecida como mercancía viva al mejor postor. Reacciona horrorizada y, con el apoyo de su criada, pretende zafarse de esta imposición y elegir ella marido, guiada por el amor. No he llegado a comprobar qué importancia pueda tener la adaptación del texto que Yolanda Pallín ha llevado a cabo, pero lo que trasciende tras la función es muy interesante y actual. Aunque se nos antojen trasnochados ciertos temas, como «el sí de las niñas» -que nombraba Moratín en el siglo XIX-, seguimos luchando por eliminar la cosificación a la que están sometidos los cuerpos de las mujeres en el mundo. La trata de mujeres es una terrible realidad, también en nuestro entorno, en donde la prostitución es una práctica asumida como un mal menor; en donde los vientres se alquilan como si fuesen vehículos que ocupar durante meses, habitáculo que utilizar, sin carne y sin sangre, sin emociones, sin dolor, sin daño.

Pero regresemos a la comedia, que nos ponemos intensos, y ni siquiera el cinismo que sobrevolaba sobre las cabezas pensantes de algunos personajes llegaba a tener ese peso específico, antes bien aligeraba el trasfondo y nos provocaba la risa… Experto en esto de hacer lo que le da la gana con el estado de ánimo del respetable es Arturo Querejeta, que arrancó las primeras carcajadas al público, recién iniciada la función. Así que estuvimos hora y poco felizmente perdidos en los enredos, tras abandonarnos así a la cadencia juguetona de estos versos de Cabellera -Querejeta, el gracioso- y de otras oleadas de palabras musicales que alcanzaban nuestros oídos. Nos desternillamos cada vez que Antonio de Cos hacía acto de presencia travestido en mujer barbuda, sobre todo cuando su personaje -Doña Alfonsa- fingía un vahído y se estrellaba contra el suelo con técnica depurada. Y es que todo era puro teatro, también el rol que los personajes tenían que desarrollar en el reparto de papeles distribuido por el supuesto «bobo mayor del reino», Don Lucas -brillantemente interpretado por Jose Ramón Iglesias-, el figurón, pero un figurón atípico, que sabía lo que se hacía, que manejaba al resto de personajes, y que, sobre todo, se percataba en todo momento de lo que estaba ocurriendo, por mucho que quisiesen disfrazárselo. Este rasgo del intelecto despierto del figurón frente a la bobería ejercida en distintos niveles por el resto de personajes, es una distinción valiosa que eleva a esta comedia al uso de las de de capa y espada a una categoría que se escora de los esquemas establecidos por la crítica. Continuamente Don Lucas nos interpela directamente para señalarnos que «entre bobos anda el juego» y que lo sabe. De este modo pretende que nos esforcemos en identificarlos y que le dejemos a él fuera del ranking. Si bien es cierto que ambas mujeres, protagonista y criada -Isabel Rodes y Elena Rayos- , no andan faltas de ingenio ni de rebeldía, no es menos verdad que el enamoramiento las atonta, aflojando su voluntad y nublando su entendimiento. El marido que gana la pieza, no es un ideal de marido, no se ha comportado en todo momento como debiera, sino que también se ha movido por intereses. Quien determina la que ha de ser la moraleja es precisamente el figurón, tras cabalgar a lomos del equívoco en la oscuridad adversa. Es Don Lucas del Cigarral, el que concluye, alertándonos de que es el dinero, sin duda, el que menea el mundo, la vara de medir, el juez de los triunfos y de los fracasos, también en el amor.

En el intervalo, antes de llegar a ese final de vaticinio irónico, pude disfrutar de cerca las bondades de un elenco entregado, talentoso y bien dirigido, que lo mismo nos cantaba que se subía en un caballo de madera. Estos recursos del guiñol que Eduardo Vasco no dudó en utilizar, añadían cualidades de juego y de disfrute a la dimensión meta-teatral que, como se ha apuntado anteriormente, el montaje consigue. Para actualizarlo aún más, si es que cabe en un texto que de por sí ya nos refleja, resultaron eficaces los recursos gamberros de la música actual y de las gafas de sol; del tango que se marcaron bobo y boba, escenario arriba… Antes de iniciarse la función, ya se nos advertía de la convivencia de dos mundos dispares llamados a encontrarse, el del Siglo de Oro y el nuestro. ¿Cuál era esta señal? Muy sencilla: la presencia en escena de una guitarra eléctrica, en espera de unas manos capaces de hacerla sonar. Esta ruptura del engaño al que nos somete la ficción -aunque no sea del gusto de algunos espectadores, convencidos de la conveniencia de mantener ciertas formas tradicionales de representación intactas-, supone, en mi opinión, un punto de inflexión irreverente que aporta y clarifica, sin caer en lo simple, ya que está el humor de por medio. Me ha costado reflexionar de este modo -no crea quien me lee lo contrario-, he tenido que enfrentarme a mis propios prejuicios, desmitificar lo que hay en el arte de sagrado, ver mucho teatro, para darme cuenta de lo que supone repetir como un loro, no atreverse, en lo que a dirección y puesta en escena se refiere. Eduardo Vasco me ha pillado ya preparada para lo que venga, en este punto en el que me dejo llevar, libre de anacronismos, y luego valoro. Así que, puedo asegurar y aseguro que disfruté de la música, e incluso que canté con ellos por lo bajini. Y, sí, estoy de acuerdo con algunas de las letras, incluso muy de acuerdo: «No hay marido bueno». La crítica a la institución del matrimonio está servida y, de paso, a estructuras sociales y estamentos que aún la sostienen, y, si me pongo estupenda, al puñetero sistema sociopolítico y económico. ¿Qué eso es pensar muy lejos? Claro, ¿y por qué no? De eso se trata, es lo que me propongo, es lo que intento; cuanto más lejos, mejor. Gracias a estos artistas por provocarme el parto de esta crónica. ¡ Y larga vida al teatro en verso!

Este espectáculo con tintes de vodevil, creación y producción a la limón entre Noviembre Teatro y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, estará en El Teatro de la Comedia hasta primeros de marzo. La que avisa, no es traidora.

Crónicas

Por MJ CORTÉS ROBLES

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ESPEJISMO

(Estrenada dentro del 36 Festival de Teatro de Málaga 2019)

ESPEJISMO

Compañía El Espejo Negro

Dirección Ángel Calvente

El Espejo Negro. Esta compañía se creó en 1989. ¡Treinta años celebran precisamente en este 2019! Estrenaron su primer espectáculo Todas ellas tan suyas en 1990, y desde ese año hasta la fecha han estrenado catorce espectáculos más, siendo Espejismo el último de su producción. Resulta tan ardua, meticulosa, compleja y delicada la construcción de las marionetas utilizadas por la compañía dirigida por Ángel Calvente, que se entiende perfectamente que necesiten más de un año para la puesta a punto de cada creación. Si a eso le sumamos la cantidad de estas marionetas que fluyen y confluyen en cada uno de sus espectáculos -desde gigantes personajes tamaño natural, hasta diminutos seres de goma espuma-, más las numerosas giras que anualmente acometen dentro y fuera de España, más los talleres, charlas y encargos que realizan…, sin olvidar la dificultad que conllevan los ensayos, donde la sincronización es un valor añadido a los muchos que nos regalan con su mágico trabajo; si sopesamos todo eso, la verdad, es que cuesta entender de dónde sacan el tiempo. Pero ahí no queda la cosa. El Espejo Negro decide un día cambiar el rumbo y acometer un nuevo registro: hacer también teatro para público infantil. Más de uno pensó que no iba a ser lo mismo, que perderían sí o sí ese sello que los caracterizaba con la impronta de lo canalla, lo fresco, lo irreverente. ¿Y con qué nos encontramos? Pues ni más ni menos con que el público adulto sigue llenando los teatros donde actúan y, por si eso fuera poco, nos maravillamos con la noticia de que los tres espectáculos que iban dirigidos preferentemente al público infantil -La vida de un piojo llamado Matías, El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide y Oscar el niño dormido- se llevan respectivamente dos Max y una nominación a dichos premios. Todos y cada uno de sus trabajos han sido reconocidos de alguna manera con prestigiosos premios a distintas categorías, tales como Dirección, Producción, Mejor Espectáculo, Público…

Festivales, crítica y público avalan la labor, importancia y originalidad de una compañía que sigue manteniéndose en primera línea y que se supera a sí misma en cada ocasión. Igualmente sorprenden con un espectáculo de pequeño formato que con uno de gran formato. Es fascinante verlos actuar a cara descubierta a plena luz del día en un pasa-calles, tanto o más que en la oscuridad más tenebrosa del interior de un teatro. Da igual, hagan lo que hagan no te dejan indiferente.

Mientras me encamino al Teatro Echegaray se me vienen a la mente ecos de otros espectáculos suyos, aún no mencionados: Tos de pecho, Heroína, El circo de las Moscas, De locura, La cabra, Aparirciones, Los perros flauta, Es-Puto Cabaret, La venganza de Don Mendo…

Ya el inicio del espectáculo me advierte de que voy a formar parte sin moverme de mi asiento en un viaje sin precedentes. De pronto, se descubre en el escenario un gigantesco aro alrededor del cual surgen haces de luz asemejándose a un caleidoscopio, a un túnel, a una cueva… Lo van atravesando personajes, historias, presente, pasado, futuro… Comprobamos, atónitos, como esa inmensa e inquietante boca se traga con avidez todo lo vomitado con anterioridad, arrastrando en su resaca al espectador que, asombrado, se deja llevar sabiendo, eso sí, que está participando de un grandioso engaño. Siento una especie de borrachera, aún a sabiendas de que no he probado ni gota de alcohol. Lo más bestial y alucinante de este onírico encuentro entre la realidad y la fantasía, entre lo bello y lo grotesco, no es tan solo lo hilarante de los números y su inquietante desarrollo, sino observar como tres maravillosos actores/manipuladores (Ángel Calvente, Laín Calvente y José Vera) prestan sus cuerpos a marionetas aparentemente inertes, haciéndolas vibrar, reír, llorar, cantar…, hasta tal extremo que llega un momento en el que dejas de ver al manipulador, dejas de ver a la marioneta, dejas de ver el engaño… Todo se transforma en paradójicamente real. Todo encaja. Las sombras buscan sus cuerpos, los reflejos sus imágenes, las canciones sus bocas, y todo compacta. Nos vamos asombrando cada vez más de la destreza y perfección con la que sincronizan cada uno de sus actos, ayudados en gran medida por la luz y el sonido, por la música, personajes que casi sin darnos cuenta se han colado en el escenario para robar escena -en el más grandioso y hermoso sentido de la palabra- a los propios actores/manipuladores. De un apacible comienzo suavizado por el Bolero de Ravel, te llevan al sobresalto de una estruendosa rotura de cristales. Músicas de distintas épocas y estilos acompañan las acciones de las marionetas, nos sobrecogen a veces, otras nos relajan, y las más nos llevan a la hilaridad, al asombro, al recuerdo. Mónica Naranjo, Raphael, Chavela Vargas, Rocío Jurado, Katy Perry, Beyoncé, Lady Gagá, Madonna, Rihanna, Gloria Estefan, David Bowie, extractos de bandas sonoras de películas van ocupando el escenario desde el otro lado del espejo.

¿Pero qué es Espejismo? ¿Cómo se cuenta lo que se ve sin quedarse en la superficie?

Se cuenta dándote de bruces con la luna de ese agujero negro y eligiendo un camino de los dos que se te ofrecen: limpiarte las heridas, o pasar de ellas y atravesar el espejo. Y toda esa travesía la haces sin abandonar la sonrisa ni evitar las carcajadas, aunque a veces se te congelen y no en la boca precisamente, sino en el alma. Como cuando la muerte arrastra a Chavela Vargas, y sin darnos cuenta, también un poquito a nosotros. O aquél otro en el que la libertad de expresión se nos muestra como una «auténtica mierda», vigilada y agasajada por el moscardón de turno.

Personajes mediáticos salen del negro agujero para mostrarnos sus miserias, sus ridiculeces, sus contradicciones, sus muchos vicios y pocas virtudes. En fin, imposible detallar uno a uno el inmenso contenido de este último y acertadísimo trabajo de El Epejo Negro. Ya nos lo advierte al principio del espectáculo su protagonista -«Estío es mi nombre, y mi apellido Recuerdo. (…) Y no me importa si mi destino es violento. Yo hago equilibrismos en el filo de los sentimientos»- Estío es un hilo conductor, un perfecto anfitrión. Ambiguo, sensual, andrógino, vicioso, calmado a veces, otras irascible, iracundo y maléfico. Pero eso sí, directo, sin medias tintas, consciente de su poder, de su carácter y de su fuerza. Se siente el centro de casi todo. Ha visto tanto, ha vivido tanto, – «Yo soy aquél, aquél joven al que el Espejo le robó su Reflejo, su identidad completa y su pellejo. (…) Robo y colecciono Reflejos para alimentar a este insaciable y voraz Agujero Negro»- que viene dispuesto a invitarnos a su espacio vital. -«Invitados estáis a atravesar mi Reino. Este círculo oscuro donde no hay Reyes, ni Banderas ni Muros. Sólo Anarquismo, Onanismo y Sadomasoquismo»- Antes de adentrarnos aún más en el espectáculo nos advierte con la sinceridad y frialdad del que no tiene nada que perder lo siguiente: «Yo voy directo al grano, al corazón de la manzana donde duerme el podrido gusano». Y remata: «El espejo te devuelve lo que tu mente no disuelve.»

FICHA ARTÍSTICA

AUTOR Y DIRECCIÓN Ángel Calvente
GUIÓN Ángel Calvente y Angélica Gómez
ACTORES MANIPULADORES Laín Calvente, Ángel Calvente y José Vera
TÉCNICO LUZ Y SONIDO Adrián Alcaide
REGIDOR Y AYUDANTE TÉCNICO Laín Calvente.
CONSTRUCCIÓN MARIONETAS Ángel Calvente.
CONFECCIÓN VESTUARIO Carmen Ledesma y Elisa Postigo.
COMPOSICIÓN BANDA SONORA Miguel Olmedo.
PRODUCCIÓN MUSICAL Laín Calvente.
VOCES TEMAS MUSICALES Adelfa Calvo, Marta guzmán, La Pili, Carolina Olmedo y Cristina Jiménez.
ASESORAMIENTO TÉCNICO Antonio Regalado y Sergio Rodríguez.
DISEÑOI ILUMINACIÓN Antonio Regalado y Laín Calvente.
EDICIÓN IMÁGENES Y ANIMACIÓN El Estudio Blanco.
DISEÑO ESCENOGRAFÍA Ángel Calvente.
DISEÑO GRÁFICO Carlos Javier Calvente.
FOTO CARTEL Y ESPECTÁCULO José Luís Gutiérrez.
FILMACIÓN Y EDICIÓN ESPECTÁCULO Salvador Blanco.
DISTRIBUCIÓN EL ESPEJO NEGRO Carmen Ponce y Llanos Díaz.

PRODUCCIÓN EL ESPEJO NEGRO ÁNGEL CALVENTE, S.L.

Crónicas

Mercedes León

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Teatro

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La Resistencia Crónicas

La Resistencia

La Resistencia

CRÓNICAS DE Teatros del Canal

Director: ISRAEL ELEJALDE

Autora: LUCÍA CARBALLAL

Por MJ CORTÉS ROBLES

Una vez le pregunté a un
compañero de profesión –actor-: “¿y tú cuándo vives?”. Se quedó perplejo y no
supo qué responder. Tras presenciar una función de La resistencia en los Teatros del Canal, salí preguntándome lo
mismo, cuestionando mi propia forma de vida. No sé. No hay respuestas o hay
múltiples respuestas. Lo cierto es que se agota el tiempo y que habría que
decidir en qué dedicarlo de una forma más consciente. O no. Estoy muy cansada
de formular, no tenemos nada que ver con ecuaciones, por mucho que las
incógnitas se empeñen. Podemos fluir, por lo tanto, o todo lo contrario, es lo
mismo, el final es el mismo. ¿Con qué tenemos que ver entonces? ¿Somos aquello
que hacemos, a lo que nos dedicamos, nuestra profesión nos aporta identidad?
¿Nuestras relaciones sentimentales nos conforman como individuos, o más bien
nos desequilibran, nos desvían de nuestro centro vital? Habría entonces que
resistirse a los desvíos, estar atentos, agarrar fuerte el timón, resistir los
vientos cambiantes o las aguas gélidas que nos bloquean. Aviso a navegantes.
¿Pero qué priorizar cada vez y por qué razón? Instinto de supervivencia.

Afortunadamente el arte es
atemporal y en la actualidad conviven diversas formas artísticas de manera
abierta y pacífica. ¡Qué delicia cuando me cruzo con un espectáculo que lo que
pretende es traernos un pedazo de vida a través de un buen texto bien dirigido!
Lucía Carballal e Israel Elejalde son responsables parciales de una hermosa
función en la que prima la palabra viva, pese a la maravilla de la escenografía
de Mónica Boromello, que sitúa a los actores en un espacio concreto para que
por él se desenvuelvan. Pero el foco de atención está claro, delimitado,
envuelto en la belleza de ese espacio, sin distracciones. La escenografía es
protagonista antes de ser invadida por los personajes, después, se pone a su
servicio. Nada más sentarme en primera fila junto a mi acompañante, se despertó
mi interés por el lugar representado en escena. Era un restaurante, equilibrado
en sus formas, elegante y clásico. Pero nuestra perspectiva como público no era
frontal ni perpendicular, sino que el patio de butacas cortaba en ángulo agudo
el espacio representado en la escena. La transparencia de las vidrieras  que desde el centro del escenario se
interponían entre los espectadores y el foro, creaba un apartado de mayor
intimidad y, junto a una salida en el foro, se generaban de este modo varios
planos de profundidad. Sobre esa pared sin final, sin techo, la imaginación del
director proyectaba de vez en cuando otro espacio fantasmagórico, un hogar
ordenado y vacío, el del proyecto de vida en común jamás llevado a cabo. La
música venía a apoyar aquí, envolviendo la ensoñación en breves notas sutiles,
las de “un mundo feliz e íntimo”, un mundo improbable o perdido… -Sandra
Vicente, es la responsable del espacio sonoro-

Exuberancia en las formas al
encarnar Francesc Garrido a su personaje y, en contraste, la contención de Mar
Sodupe al darle vida al suyo. Quien se sabe triunfador suele desplegar las alas
y mostrar así el reflejo del sol sobre su plumaje, suele emitir un canto agudo
que consigue que se giren los rostros, atrapando las miradas y, de paso, la
escucha. Tomar la palabra es tomar el poder. Esta tendencia a ser atendido y
aplaudido cada vez que se abre la boca, sea cual sea el tema del discurso,
puede perpetuarse, e incluso enquistarse. Es una circunstancia que afecta a los
más cercanos, a aquellos con los que el triunfador comparte la vida, a su
círculo íntimo, a su pareja. Pero el silencio ajeno es elocuente y pesa. Solo
el cristal de las copas en donde vertían los personajes un arco iris de licores
era trasparente la otra tarde, durante la función. Detrás las palabras, capas y
capas de pensamientos silenciados y recónditos iban fluyendo a borbotones,
desinhibidas las bocas y azotada por la urgencia de oxigenarse la sangre en las
venas…

El valor de un intelectual, de un
artista, suele medirse a través del grado de interés y de admiración que
despierta tanto entre los propios intelectuales como en la sociedad en general.
Este estatus es en sí mismo un privilegio que defender al tiempo que una carga
que sobrellevar; para los iniciados, una meta a alcanzar. Solo se puede admirar
aquello con lo que nos identificamos de algún modo, las cualidades propias que
consideramos no tener aún desarrolladas, o incluso aquellas que creemos no
seremos capaces de poner en valor. Lo que no nos concierne no se admira, se ignora,
se desprecia o se le otorga un sentimiento de conmiseración, que es la peor
emoción que sembrar en una relación de amor en pareja. Pero, ¿y si aquello que
admirábamos en otra persona deja de parecernos admirable? ¿Y si concluimos que
esa persona admirable que dice amarnos no nos admira? ¿Acaso se puede ser amado
de ese modo, sin admiración? Y, sobre todo, ¿en qué tipo de ser nos convierte
esta forma de amor, qué puede aportarnos ese amante para el que no somos un
misterio que descubrir porque cree saberlo todo sobre nuestro presente y
nuestro porvenir, sobre nuestras capacidades y nuestra esencia, incluso lo que
ni nosotros mismos sospechamos? Porque, ¿en qué nos transformamos si
permanecemos junto a alguien que no nos admira, para qué nos quiere a su lado?
Y, sobre todo, ¿para qué queremos estar junto a otra persona, caminar en
paralelo, si no es para crecer, para desarrollar nuestras capacidades, para
realizarnos, para ser cada cual quien es, un proyecto siempre de algo nuevo que
parte de una esencia muy vulnerable y preciada? Hay que resistirse, resistir; esto
supone un esfuerzo continuo, un no abandonarse nunca, o tan solo unos instantes
finales entre los brazos del amante, para recuperarse inmediatamente e
instalarse en la permanencia de nuestra soledad incontestable, siempre
hambrienta. Alimentemos eso que nos muerde dentro, esa necesidad de encuentros
y de reflejos, esa ansia de fusionarnos y estallar como cohetes que alcanzan el
firmamento. Pero la autoestima, intacta, remendadas las fisuras, tensa como una
piel de tambor, que resuene armónica si alguien la golpea. La fe en nosotros
mismos no puede estar en venta, ofertada al mejor postor. Alerta contra las
heridas de esa índole, huyamos de quien dice querernos para sí pese a nuestras
supuestas carencias… ¡No somos propiedad de nadie, busquemos la ligereza de los
impulsos! ¡Qué momento el oscurecerse de David -el personaje- durante su
disección sobre la forma de escribir de Mónica, sobre la supuesta precariedad
de su talento, sobre las razones que él considera que la mueven a crear, sobre
lo adecuado de sus objetivos en su carrera literaria! David habla de ella como
un dios soberbio que la fagocita, como Saturno devorando a su hija, con
terrorífico deleite, como poseído por un poder adivinatorio surgido de los
infiernos. Mónica, aguanta, refugiada en el vértice, en la punta de la flecha
que está a punto de dispararse hacia la dirección contraria, hacia ese mundo
exterior que llama a la puerta con insistencia voluptuosa y salvaje. Ella, sin
embargo, no quiere dañar a David, tan solo resistirse al daño que él puede
infringirle. Él habla de la posibilidad de abandonar su propia carrera de
escritor y ella le responde lo que él espera escuchar, una vez más, a modo de
despedida.

Si se mantiene la distancia
precisa, solo así puede el ser humano resistir ciertos envites. Una perspectiva
irónica nos hace cosquillas en el intelecto y evita el sufrimiento, esto David
bien lo sabe. El dolor es inevitable, pero no hay por qué abundar hasta
hundirse, esa es una de las claves del éxito.

Luego está el mundo con su
complejidad y con sus reglas, no siempre al servicio de la justicia -los
intereses del mercado, la publicidad engañosa; las discriminaciones por razones
políticas y las otras, las aleatorias… A todo esto y mucho más está sujeta una
carrera literaria-. La verdadera batalla no debería darse entre iguales, sino
convertirse en un empeño común en derribar barreras y en romper techos de
cristal, en un reto individual por superarse técnicamente y ampliar los
horizontes intelectuales. Parece ser la postura de Mónica -el personaje-. La
lucha más fructífera sería ese  empeñarse
en dejar huella, en aportar algo particular a la sociedad presente y futura.

Sin embargo, Mónica también
parece necesitar mirarse en un espejo amable antes de dar este paso importante
en su vida -como cualquiera-, de ahí el apoyarse en la circunstancia del amante
joven que la reafirma en lo que quiere ser, en su proyecto de futuro. Lo del
amor es un tema ineludible que, como siempre, viene a enredarse. Elijamos de
forma consciente en cada ocasión, o permitamos que el amor -presente o ausente-
venga a relativizarlo todo, bajo su influencia.

Gracias, Lucía Carballal, por este texto brillante,
surgido de la convocatoria a la primera Beca de Dramaturgia Contemporánea
otorgada por el Pavón Teatro Kamikaze, cuyo estreno hemos podido disfrutar en
la Sala Verde de los Teatros del Canal, bajo la dirección de Israel Elejalde. Auguro
un futuro de trabajo en común para este potente tándem. Sea.

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portada ejemplar piloto
Revista de teatro número uno

 



 5/5

 

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Paula Lamamié de Clairac Staff

Paula Lamamie de Clairac

Paula Lamamie de Clairac

Email: paulalamamie@gmail.com

Web: http://www.paulalamamie.com


Artículos de Paula Lamamie de Clairac

Bailarina, coreógrafa y profesora de danza. Es licenciada en Filosofía por la UCM (2007) y Titulada en Danza Contemporánea por el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma (2009). Se ha formado en talleres y festivales internacionales con maestros de la danza contemporánea, tales como Gwen Welliver, Yvonne Meier, Daniel Lepkoff, Pedro Berdäyes, Laura Arís, Ori Flomin, Nordine Benchorf, Wim Vandekeybus, Milan Herich, Liz Lerman o Julyen Hamilton.

En 2010 fue seleccionada para formar parte del Taller Internacional “50 Days in Costa Rica: A new generation” que David Zambrano impartió para formar a la primera generación de profesores en las técnicas Flying Low y Passing Through. Desde entonces ha enseñado y puesto en escena estas disciplinas en distintas ciudades de Europa y de Estados Unidos, tanto individualmente como de manera colectiva con la compañía 50collective, la cual nació en Costa Rica.

En 2011 se trasladó a Iowa City (EEUU) donde obtuvo un Master in Fine Arts en Escritura Creativa en Español (2013) y un MFA en Danza – especialidad Coreografía (2015), ambos por The University of Iowa. En el departamento de danza de esta universidad enseñó Danza Contemporánea, Contact Improvisación y Yoga, mientras investigaba y creaba sus propias piezas. También allí se certificó como instructora de Yoga (200 h.) por The Yoga Connection.

Desde que vuelve a Madrid en 2016 ha impartido clases en la escuela Bambúdanza, en la escuela de interpretación ECE, y en la Escuela de Artes Escénicas caraBdanza -en la que también ha ejercido como Jefe de Estudios y mentora de proyectos coreográficos. Además, en 2018 ha trabajado con Colectivo Lisarco en el proyecto de Nuevos Creadores del Colegio Trabenco e impartido los talleres en Centro Danza Canal de danza inclusiva, transgeneracional, primera infancia y tercera edad. Y también en 2018 ha colaborado con La Rueda Teatro Social en la creación del espectáculo de teatro comunitario del barrio de Lavapiés.

LA SED

enero 5, 2020enero 5, 2020

CRÓNICA DE Teatro Lagrada LA SED Coreografía y dramaturgia: Paloma Sánchez Por Paula Lamamie de Clairac La…

GRAND FINALE

octubre 19, 2019octubre 19, 2019

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junio 24, 2019junio 24, 2019

UNA NOCHE CON FORSYTHE Coreografía: William Forsythe Puesta en escena: Compañía Nacional de Danza Dirección: José Carlos…

UNA GRAN EMOCIÓN POLÍTICA

noviembre 25, 2018febrero 10, 2019
Luz Arcas y Abraham Gragera

UNA GRAN EMOCIÓN POLÍTICA . Dramaturgia y dirección: Luz Arcas y Abraham Gragera 1. Tras un verano…

EN CONSTRUCCIÓN 2

octubre 28, 2018noviembre 17, 2018
Sala Negra de Teatros del Canal

EN CONSTRUCCIÓN 2 Coreógrafía y dirección: AMALIA FERNÁNDEZ Por: PAULA LAMAMIE DE CLAIRAC   Entro en la…

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(Coodirección: Baltasar Patiño y Ana Vallés)

DANIEL DIMECO

©Javier-Naval

DANIEL DIMECO

Dramaturgo,
escritor y director de teatro. Graduado en Ciencias Políticas, con
especialización en Relaciones Internacionales, y Máster en Gestión Cultural. Co-fundador
del laboratorio de creación teatral Karoo
Teatro
y administrador del blog Café
Copenhague
. Coordina laboratorios teatrales y talleres de novela y
autobiografía. Se ha formado en dramaturgia, narrativa y dirección con José
Ramón Fernández, María Tena y Carlos Tuñón, respectivamente, y en guion
cinematográfico en Central de Cine. Formó parte del Laboratorio Espacio Abierto
dirigido por Benito Zambrano.

En
teatro: autor y director de La manada (Ñaque Editorial 2017), Premio Max Aub Ciutat de València 2016,
estrenada en Madrid en octubre de 2017. Las entrañas del jaguar, Segundo
Premio Fatex 2016 (edición bilingüe castellano-portugués).
La
mano de János
, Premio Buero Vallejo 2010; autor seleccionado por
Fundación SGAE para el I Ciclo “El teatro se lee en la Berlanga” 2015; obra
traducida al griego y estrenada en Atenas en 2017. Déjame ser la sombra de tu perro,
Premio Mejor Autor y Mejor Espectáculo en el Festival de Teatro de Bilbao 2014 y
Premio Mejor Equipo Artístico en el Festival de Teatro Joven de San Sebastián
2014. Mirando pasar los trenes, Premio Autores Nacionales 2009 (Buenos
Aires), finalista del Premio Josep Rubrenyo 2008 (Barcelona), estrenada en
Buenos Aires en 2010. Los ojos (cosidos), estrenada en Microteatro
por Dinero en 2013. Asimismo, es autor de Ojos de sal, La sonrisa de los alcaravanes
y El
ángel azul
, Premio de Teatro Breve Rafael Guerrero 2008. Ha trabajado
textos de otros autores como: ¿Quién teme a Virginia Woolf? de
Edward Albee, Sala Cuarta Pared 2013 y La puerta en el muro, de Laila
Ripoll, en El Umbral de Primavera 2016.

En
narrativa: El mapa de las viudas (Ed. Algaida 2013), Premio Ciudad de
Badajoz 2012 (España) y finalista del Premio Clarín-Alfaguara 2012 (Argentina).
La
desesperación silenciosa
(Ed. Barrio de Maravillas 2011), Premio Fray
Luis de León 2010. Autor de los relatos Los perros ladran de noche, accésit
del Premio Ciudad de Zaragoza 2012; Atrapado en Rawalpindi, 2º Premio de
Moriles 2008; y Tierra de miel y leche, finalista del Certamen María Moliner
2008, entre otros.

Ha
vivido en Buenos Aires, Copenhague, Toronto y París. Reside en Madrid desde el
2002.

Web: www.danieldimeco.com

Twitter: @DanielDimeco


Artículos de DANIEL DIMECO

LA MANADA Daniel Dimeco

Dimeco

LA MANADA Daniel Dimeco . Acabo de terminar de leer a Coetzee – concretamente, Desgracia- Durante la lectura, me sobrevino un soterrado…

El hogar vacío en el teatro de Lars Norén

Petra hellberg _ Jonas Kruse y Elisabet Carlsson y otros en Estreno en Klarascenen el 23 de agosto de 2013

ENSAYOS El hogar vacío en el teatro de Lars Norén . Erik y su anciano padre se encuentran en el apartamento del…

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Staff

EVELYN VIAMONTE BORGES

EVELYN VIAMONTE BORGES


Doctora en Artes por la Universidad Rey Juan Carlos con la tesis «Confluencias entre la danza butoh y el teatro posdramático. Prácticas en Madrid y Barcelona».

Máster Oficial en Artes
Escénicas por
la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid.

Diplomada en Didáctica del
Arte en la Universidad de las Artes, Cuba.

Actriz. Entrenadora de
actores. Directora teatral. Profesora de Teatro Físico.

En 1988 comienza su
carrera como actriz y asistente de dirección en la compañía cubana Teatro del
Espacio Interior. Durante ese período además actúa en cortometrajes de
ficción y performances. Ha obtenido varios premios, entre ellos el de
interpretación femenina en el Festival Nacional de Teatro (Cuba) en el 2002,
Premio de investigación en 2001 y Premio de Danza junto a Nataliya Andrukhnenko
en  el Festival Bionic Dance celebrado en
Madrid en 2017. En 2003 la invitan a participar en la Odin Week en Holstebro,
Dinamarca. En 2011 co-funda la compañía a Ras en Madrid donde
actualmente actúa y dirige. También
ha trabajado con otras compañías como Mephisto Teatro dirigida por Liuba Cid,
la compañía de danza butoh Baba de Plata y con Al
descubierto Physical Theatre como intérprete, directora artística y entrenadora de
actores.

Desde 1995 comparte la
actuación con la pedagogía
teatral, primero en Cuba y luego en España, impartiendo tanto a estudiantes de
teatro como a bailarines. Entre 2011 y 2017 imparte varias asignaturas teóricas
y prácticas en el Instituto Universitario de Danza “Alicia Alonso” de la
Universidad Rey Juan Carlos dentro de la especialidad de Teatro Físico del
Grado en Artes Visuales y Danza y del Grado en Pedagogía de las Artes Visuales
y la Danza, donde además ha coordinado el Departamento de Teatro Físico entre 2012 y 2016, ha
dirigido trabajos de fin de grado y puestas en escena anuales con los alumnos
de teatro físico. Ha sido miembro del Grupo de Investigación La Lámpara maravillosa, del
Instituto Universitario de Danza “Alicia Alonso”, Universidad Rey Juan Carlos,
Madrid. Cuenta con varias publicaciones en revistas especializadas de teatro.

También ha incursionado en el campo de la realización audiovisual, la edición y la animación digital, obteniendo en 2012 junto a Alberto Menéndez el Segundo Premio de Microvídeo de la Fundación Canal «Tu minuto sostenible”».

Actualmente además forma parte del equipo de redacción de la revista Actuantes dentro de su equipo de redacción.


web: https://evevborges.wixsite.com/evelynviamonteborges

http://arascreacion.wixsite.com/aras

https://aldescubiertoteatro.wixsite.com/aldescubierto


Artículos de
EVELYN VIAMONTE BORGES

Alma Negra
Alma Negra

Reportaje: Alma Negra Edición 42. Festival de Butoh Ibérico .   1 de febrero de 2018, noche en casa. Recibo un…

LOS AÑOS DE LA FERTILIDAD
FERTILIDAD

CRÓNICAS DEL Centro internacional de Artes Vivas NAVES MATADERO LOS AÑOS DE LA FERTILIDAD Por Evelyn Viamonte Borges Acercarme a Naves…

CARTOGRAFIAR LA DISPERSIÓN. PRÁCTICAS DE BUTOH EN MADRID Y BARCELONA
®foto: Pierre Rivero Barcelona 2013

ENSAYOS CARTOGRAFIAR LA DISPERSIÓN. PRÁCTICAS DE BUTOH EN MADRID Y BARCELONA . (Primera entrega) A pesar de que antes de 1980…

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CORPS NOIR STÉPHANE GLADYSZEWSKI CRÓNICA DE Naves Matadero. Centro Internacional de Artes vivas La imagen de un hombre sumergido en una…

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Enlace a Evelyn

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segundo congreso internacional de escritores para la defensa de la cultura Editorial

Fragmentos para un libro futuro

EDITORIAL

Fragmentos para un libro futuro

I

S
i algún día España tuviera que jugarse la última carta –habla Juan de Mairena– no la pondría en manos de los llamados optimistas, sino en manos de los desesperados por el mero hecho de haber nacido. Porque estos la jugarían valientemente, quiero decir desesperadamente, y podrían ganarla. Cuando menos, salvarían el honor, lo que equivaldría a salvar una España futura. Los otros la perderían sin jugarla, indefectiblemente, para salvar sus míseros pellejos. Habrían perdido la última carta de su baraja y no tendrían carta alguna que jugar en la nueva baraja que apareciese, más tarde, en manos del destino.

Juan de Mairena
ANTONIO MACHADO

II

Hacia el mes de abril de 1936 comenzaron en Madrid las reuniones de un grupo de intelectuales para constituirnos en una agrupación correspondiente a la similar en París. Nos sentíamos movidos ante la creciente presión del ambiente amenazador que latía en torno nuestro. España se iba cargando por momentos de una fuerte tensión; casi a diario se producían muertes de muchachos en las calles. El engañoso mito de la España y la «anti-España», de la patria y la «anti-patria», se levantaba inflado por los «teóricos» del fascismo, y dicho está que de todos estos «anti» se hacía responsable a la gran parte de la intelectualidad. Estos síntomas diversos acusaban a la inminencia de un cambio profundo; cuando hacíamos un viaje por los campos y pueblos de España sentíamos, sin embargo, venir a nuestro encuentro una esperanza desprendida de aquellos rostros macilentos, de aquellos ojos arrasados de fatiga.

Todo esto y otros síntomas, aun, que no es el caso de enumerar, patentizaban, con la evidencia de los hechos, que la situación del intelectual tenía que cambiar entre nosotros, que había ya cambiado la realidad, puesto que no era posible permanecer apartados, separados de problemas tan hondos e inmediatos. Si no interpreto mal, dos anhelos nos movían a los que nos congregamos en aquellas primeras reuniones: unirnos a una comunicación más constante, más consistente que la de unas simples conversaciones y encontrar el camino de un acercamiento a ese afán vivo que percibíamos en el pueblo. En aquellas primeras reuniones surgió el proyecto de una Universidad Popular, limitado, por el momento, a unos cursos de Literatura e Historia de la cultura española. Se creó un Comité Nacional y un Comité Ejecutivo, y se pensaba ya en las primeras tareas cuando llegó el 18 de julio. La realidad había ido más aprisa que nosotros; apenas constituidos, nos tocaba enfrentarnos con problemas del más hondo alcance.

(…)

La Alianza se fue organizando por secciones: Literatura, Artes Plásticas, Bibliotecas, Propaganda, Pedagogía, Teatro, Música…

(…)

Comenzó inmediatamente a surgir una literatura de circunstancias; literatura de guerra de extraordinario valor humano y documental, de cuya trascendencia literaria no nos toca juzgar a nosotros ni podríamos hacerlo, pues nos resulta imposible desligarlo de los momentos intensos en que la vimos nacer. Y así surgió El Mono Azul, pequeña hoja volandera, donde íbamos imprimiendo nuestras emociones y nuestros pensamientos de las horas de congojas y esperanzas.

(…)

Muchos nos sentíamos escuchados por primera vez por una masa de oídos, de inteligencias, atentos a nuestras palabras, con esa atención densa y perspicaz de los niños y de los pueblos. La responsabilidad que sentíamos nacer ante esa sencillísima hoja era más grande que la habíamos sentido jamás en nuestras anteriores publicaciones, que vieron la luz pública en revistas de mayor envergadura.

En los días terribles de noviembre, El Mono Azul cambió de formato y hasta de misión: unos gráficos de guerra de cómo había que protegerse de los aviones. El peligro lo absorbió todo. Después, El Mono Azul ha ido saliendo semanalmente en una página de La Voz, el popular periódico madrileño, donde continúa su publicación.

(…)

El Congreso Internacional de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, celebrado en Madrid, Valencia y Barcelona, ha sido quizá el acto de más trascendencia organizado por la Alianza.

(…)

La Alianza ha suministrado al teatro español valiosos elementos de sus cuadros para el «Teatro de Arte y Propaganda». El éxito con que se han estrenado la Tragedia optimista de Vichnievsky, Los títeres de Cachiporra de García Lorca, La cacatúa verde, de Schnitzler y Un duelo de Anton Chéjov, y el excelente núcleo de jóvenes actores que se agrupan en «La escuela de Teatro», bajo la dirección artística de María Teresa León, dan derecho a esperar que esta sección de la Alianza oriente en el futuro la realización de nuestra literatura dramática.

Los intelectuales en el drama de España
MARÍA ZAMBRANO

III

Cuando Max Aub viene a España, en el verano del 69, treinta años después, a pesar de que él ha imaginado su vuelta en muchas de sus obras, el impacto es brutal, pero no por la España franquista, que sabía que se iba a encontrar, sino por el desencuentro con vosotros, con la oposición democrática. El creía que por haber publicado en Ínsula y en Papeles de Son Armadans, todos vosotros lo conocíais. Para él, en 1969, la gran victoria del franquismo es que ha borrado la memoria democrática, la memoria de ese proyecto histórico, y eso es lo que lo desespera totalmente: ¿Morir aquí? Y una mierda, yo me voy a morir al exilio, yo no tengo nada que ver con este país; el mío era aquél, aquel proyecto histórico.

(…)

Se perdió el contacto, el conocimiento mutuo porque no conocíamos la obra de la generación democrática anterior, que era la generación republicana. Es fundamental para la memoria democrática, para la salud de una sociedad democrática, reconstruir el proyecto histórico global y el proyecto teatral.

El exilio y el proyecto de una España democrática
Primer Acto 329, (julio-agosto 2009)
MANUEL AZNAR SOLER

IV

Se ha producido en toda España una explosión de barbarie en que las viejas formas de la reacción del pasado han tomado nuevo y más poderoso empuje, como si alcanzasen una suprema expresión histórica al integrarse en el fascismo.

Este levantamiento criminal de militarismo, clericalismo y aristocratismo de casta contra la República democrática, contra el pueblo, representado por su Gobierno del Frente Popular, ha encontrado en los procedimientos fascistas la novedad de fortalecer todos aquellos elementos mortales de nuestra historia, que por su descomposición lenta venían corrompiendo y envenenando el pueblo en su afán activo de crear una nueva vida española. Contra la auténtica España popular se ha precipitado para destruirla o corromperla, envileciéndola con una esclavitud embrutecedora y sangrienta, como la de la represión asturiana; este criminal empeño de una gran parte del Ejército, que al traicionar a la República lo ha hecho de tal modo que ha desenmascarado la culpabilidad de su intención, agravándola con la de traicionarse a sí mismo en la falsedad de los ideales patrióticos que se decía defender, sacrificando la dignidad internacional de España y ensangrentando y destruyendo el suelo sagrado de su historia. Y esto con tal ímpetu desesperado, demoledor, suicida, que la trágica responsabilidad delictiva de sus dirigentes lo ha determinado con características vesánicas de crueldad y de destrucción acaso jamás conocidas en España; en una palabra: fascistas.

Contra este monstruoso estallido del fascismo, que tan espantosa evidencia ha logrado ahora en España, nosotros, escritores, artistas, investigadores científicos, hombres y mujeres de actividad intelectual, en suma, agrupados para defender la cultura en todos sus valores nacionales y universales de tradición y creación constante, declaramos nuestra unión total, nuestra identificación plena y activa con el pueblo, que ahora lucha gloriosamente al lado del Gobierno del Frente Popular, defendiendo los verdaderos valores de la inteligencia al defender nuestra libertad y dignidad humana, como siempre hizo, abriendo heroicamente paso, con su independencia, a la verdadera continuidad de nuestra cultura, que fue popular siempre, y a todas las posibilidades creadoras de España en el porvenir.

Manifiesto de la Alianza de Escritores Antifascistas para la Defensa de la Cultura
La Voz, (Diario independiente de la noche)
Madrid, jueves 30 de julio de 1936

V

el mono azul

VI

(…)

VI

Desde Madrid, presenciando la patológica crueldad de los fascistas, no sólo enemigos nuestros sino vuestros, queremos denunciar ante vosotros, haceros testimonio de los últimos acontecimientos, asesinatos incalificables, que lleva a cabo, consecuentemente con su ideología, el enemigo.

(…)

Pero queremos haceros saber, para que nuestra palabra a su vez se proclame por todos los rincones del mundo, lo que lucha, la calidad humana que lucha a cada uno de los lados que hoy se enfrentan en España. Queremos haceros saber en qué se emplean las bombas incendiarias meticulosamente preparadas en los laboratorios alemanes. Y os decimos: todos los días arden manzanas enteras de casas madrileñas. Todos los días, en las colas que forman las mujeres de las barriadas obreras para coger su pan, su carbón, su leche, etc., los expertos aviadores alemanes e italianos pueden apuntarse nuevas victorias, ya que, no alcanzadas en combate con nuestros aviones heroicos que rehúyen, a costa de las vidas de esas mujeres, de esos niños. De esas mujeres y de esos niños que son hoy los únicos habitantes de esas barriadas obreras, pobres, ya que todos los hombres útiles se hallan en los frentes, y que parecen constituir objetivo especial de la aviación extranjera al servicio de la traición.

(…)

Os hablamos del Palacio de Liria que fue del Duque de Alba, ayer cuidadosamente custodiado por las milicias del Partido Comunista, con sus cuadros valiosos en los sótanos, y esta noche pasada en llamas. Os hablamos del resentido despecho señorito que ha debido ordenar su incendio con el mismo gesto plebeyo y chabacano del tradicional «mía o de nadie». Os hablamos de la trayectoria significativa, en línea recta, de una serie de bombas que comienza unas casas más arriba del hotel Savoy y termina, dejando un hueco casual y de seguro lamento en el Museo del Prado, en la Iglesia de los Jerónimos. Os hablamos del boquete alemán que una bomba de doscientos kilos ha dejado unos metros antes del Museo del Prado, rompiendo sus cristales.

La prensa de Burgos aún habla de provocación roja: de los incendios provocados en Madrid por los rojos para utilizarlo a su favor. No importa, nadie lo cree. Nadie que no ignore, en absoluto, intencionadamente, la serena condición de nuestros heroicos milicianos que cuidadosamente ayudan a trasladar mujeres y niños con el mismo respeto cariñoso con que salvan un cuadro o un libro importante que se los encomiende, puede creerlo. La verdad está con nosotros y no puede ser falseada.

(…)

Creedla. Tenéis que creer en nuestra palabra si no habéis perdido vuestro corazón. Pero no equivocaros. Tened muy en cuenta que esto, todo esto, no significa lamentación jeremíaca sino enardecido y colérico anuncio de nuestro triunfo decisivo y final. Nuestras palabras no respiran otra atmósfera que la de nuestro pueblo y, cómo éste, no hacemos otra cosa que dirigirnos a la conciencia, a lo más profundo de vuestra conciencia, hombres honrados del mundo, para que vuestra airada protesta palpite entre vuestro corazón con la misma fuerza que el nuestro.

Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura
El Sol, Madrid, 19 de noviembre de 1936

VII

Pero el público, señores… ¿qué diremos del público? Del público, mejor diré: del pueblo, que no ya no quiere ser público, hablaremos otro día. Sólo adelantaremos –añadió Mairena– que ha sido él quien ha salvado más valores esenciales en el teatro, casi todos los que han llegado hasta nosotros.

Juan de Mairena
ANTONIO MACHADO

VIII

Para no perderse, enajenarse, en el desierto hay que encerrar dentro de sí el desierto. Hay que adentrar, interiorizar el desierto en el alma, en la mente, en los sentidos mismos, aguzando el oído en detrimento de la vista para evitar los espejismos y escuchar las voces.

Mas ¿y la ciudad soñada, la entre vista allá en el horizonte? ¿Y lo inaccesible, lo ilimitado, vivir en la limitación? Hay que aprender a ser movido por la luz, a los largos ayunos de calor y a salvarse de él cuando llega como una irrupción, a las presencias sin figura y sin engaño, a la convención de las imágenes y a las palabras que dan frío.

El vivir dentro del desierto el encuentro con patrias que lo pudieron ser, fragmentos, aspectos de la patria perdida, una única para todos antes de la separación del sentido y de la belleza.

Las Islas, lugar propio del exiliado que las hace sin saberlo allí donde no aparecen. Las hace o las revela dejando de ser porque no se puede ser ni esto ni aquello. Así va a parar a ese limbo, a esa tierra de nadie, tierra virgen. Luego, cuando aparece, su figura es indecisa y confusa, despierta sospechas.

El lugar del exilio. El desierto
Los bienaventurados
MARÍA ZAMBRANO

IX

Habría que escribir cosas eternas para estar seguros de que serían de actualidad.

Carta del 1 de febrero de 1943
SIMONE WEIL

 

ejemplar 2 teatro

Crónicas

Nieves Rodríguez Rodríguez

segundo congreso internacional de escritores para la defensa de la cultura
el mono azul
El exilio y el proyecto de una España democrática
Artes Plásticas, Bibliotecas, Propaganda, Pedagogía, Teatro,
Los intelectuales en el drama de España
Nieves Rodríguez Rodríguez

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Revista de teatro número uno
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LA INVENCIÓN DEL LENGUAJE. LA DRAMATURGIA DE EWALD PALMETSHOFER ANTONIO MAURIZ

LA INVENCIÓN DEL LENGUAJE. LA DRAMATURGIA DE EWALD PALMETSHOFER

ENSAYOS

LA DRAMATURGIA DE EWALD PALMETSHOFER

LA INVENCIÓN DEL LENGUAJE​

Uno de los principales logros de toda dramaturgia (como de toda obra literaria) es la creación de un lenguaje propio, diferente y novedoso, reconocible como distintivo de autor. Así ocurre, en el siglo XX, con Lorca, Valle o Arrabal, por nombrar algunas de las cimas de la literatura dramática en castellano. O, si atendemos a la dramaturgia en lengua alemana, con Peter Weiss, Heiner Müller o Thomas Bernhard, dueños de un lenguaje tan personal como poderoso. Desde esa óptica, deberemos reconocer que Ewald Palmetshofer, pese a su juventud, pertenece ya a esta estirpe de originalísimas y vigorosas voces dramáticas. Su lenguaje, caracterizado por la repetición, la fractura y la musicalidad, impacta, atrapa, envuelve, sumerge en un universo nuevo y desconocido, sin igual.

Ewald Palmetshofer nació en Linz (Austria), en 1978. Las primeras piezas en que verdaderamente cristaliza toda su potencia lingüística tal vez sean hamlet está muerto. sin fuerza de gravedad y habitar. bajo vidrio . Desde entonces, hasta el día de hoy, a lo largo de solamente poco más de una década, Palmetshofer ha venido haciendo regular entrega de una serie de obras mayúsculas, entre las cuales se cuentan: fausto tiene hambre y se atraganta con una greta , animal. clase baja habría que , bandidos. genitales de la culpa , la soltera , Eduardo II. El amor soy yo y su última creación Antes del amanecer . Entre sus numerosas distinciones, cabe destacar su elección en 2008 como dramaturgo joven del año por Theater heute [Teatro hoy], una de las revistas teatrales alemanas de mayor renombre y difusión, y la concesión en 2015, por la soltera, del Mühlheimer Dramatiker Preis [Premio Mühlheim de Dramaturgia], quizá el galardón más importante de literatura dramática en lengua alemana, entre cuyos ganadores se cuentan, por poner tan solo un par de significativos ejemplos, Dea Loher y Peter Handke. Por otra parte, Antes del amanecer acaba de ser recientemente elegida por Theater heute , a través de una encuesta entre críticos teatrales, como la segunda mejor pieza dramática de la temporada 2017-18, solamente por detrás de [Am Königsweg], de su compatriota Elfriede Jelinek, premio Nobel de literatura en 2004.

Tres son las cuestiones que destacaremos de la trayectoria dramática de Palmetshofer: primero, lo que se podría llamar su filosofía social, que suele ir acompañada de una reflexión en cierta medida metafísica; segundo, su constante y fructífero diálogo con los grandes clásicos del teatro alemán y europeo; por último, la invención del lenguaje, hecho que, en nuestra opinión, tiene una especial importancia.

Respecto de su filosofía social, su omnipresente preocupación consiste en analizar la generación de los jóvenes que rondan los treinta años y en reflexionar sobre los problemas que los oprimen: su incomunicación, su complicada relación tanto entre sí como con las generaciones anteriores, su falta de futuro, su desesperanza, su soledad metafísica. En habitar. bajo vidrio nos encontramos, por ejemplo, a tres jóvenes, dos mujeres (Jeani y Babsi) y un hombre (Max), que se reencuentran después de varios años sin haberse visto y se muestran incapaces de comunicarse entre sí, de retomar las ilusiones y los amores juveniles ya perdidos o siquiera de iniciar una relación nueva. En hamlet está muerto. sin fuerza de gravedad, la anécdota es similar: dos hermanos (Dani y Mani) regresan a casa de sus padres por el cumpleaños de la abuela y por el funeral de un antiguo amigo llamado Hannes y se reencuentran con otros dos amigos de juventud (Oli y Bine) a los que no veían desde mucho tiempo atrás. Egocéntricamente ensimismados en sus preocupaciones personales (la imposible búsqueda del amor, la ausencia de sentido representada en la vacuidad del cielo), los personajes, desprovistos de fuerza de gravedad, esto es, de solidez personal, son incapaces de actuar, de poner los pies sobre la tierra. Incomunicados entre sí, flotan en un universo desesperanzado. Los padres, por su parte, no llegan siquiera a intentar comunicarse con sus hijos, sino que se dejan conducir por sus propios egoísmos personales (la animadversión de la madre hacia la abuela, la infidelidad del padre con la madre). Ante este panorama se desencadena la tragedia. En bandidos. genitales de la culpa los hijos también vuelven al hogar de los padres, pero en este caso con la intención de robar. Oprimidos por el bienestar, tanto material como espiritual, de la generación de sus padres, los dos hijos, aliados con la hija de la vecina (que se siente igualmente asfixiada por su madre, feliz y capaz de disfrutar del amor pese a su discapacidad física), les sustraen a sus padres una suma de dinero que, más que una ganancia económica, parece suponer una mezquina reparación de su sentimiento de infelicidad filial, de su falta de horizontes, del futuro que, sienten, se les ha arrebatado. El conflicto generacional aparece de nuevo en la soltera, aunque bajo una nueva luz: una abuela, una madre y una hija se ven confrontadas con el hecho de que la abuela, en su juventud, poco antes de la caída del régimen nazi, denunció ante estos a un soldado por deserción provocando así su condena y asesinato. El recuerdo de esa acción, lejos de caer en el olvido con los años, ha permanecido en el tiempo como una presencia latente que finalmente ha acabado por afectar a la familia, a las relaciones que las tres mujeres mantienen entre sí (el odio de la madre hacia la abuela, principalmente).

El diálogo de Palmetshofer con los clásicos teatrales se extiende desde la tragedia griega (Esquilo) hasta el teatro alemán de los siglos XVIII y XIX, tanto el romántico como el naturalista (Goethe, Schiller, Hauptmann), pasando por el teatro inglés isabelino (Marlowe y Shakespeare). Existe en Palmetshofer un fuerte y ambicioso interés por actualizar los principales temas de las grandes tragedias. En la soltera se trata el tema por excelencia de la tragedia griega y, en especial, de la esquílea (Orestíada): la culpa originada por un crimen no desaparece, sino que se hereda y se transmite de generación en generación como una maldición (la madre odia a la abuela como Electra a Clitemnestra). En fausto tiene hambre la atracción amorosa que surge entre ÉL y ELLA es infernal, mefistofélica, fruto del descreimiento vital y la desolación metafísica de ambos, moderna recreación del amor protagonizado por Fausto y Margarita en el Fausto de Goethe (aunque la Greta de Palmetshofer dista mucho de la frágil Margarita goethiana, como se sugiere en la segunda parte del título). bandidos. genitales de la culpa evoca la tragedia clásica de Schiller titulada precisamente Los bandidos: como en esta, los dos hijos se rebelan contra la instancia paterna (y también materna, en Palmetshofer), pero el espíritu, al menos en parte, es muy distinto; de la rebelión como ideal de libertad romántica hemos pasado aquí a la rebelión como vil salida a la opresión vital de los padres. En animal. clase baja habría que la disección de la explotación económica y sexual de Erika, una joven muy atractiva, pero carente de recursos económicos, recuerda el naturalismo (una de cuyas obras emblemáticas, Antes del amanecer de Gerhart Hauptmann, precisamente ha recreado Palmetshofer en su pieza homónima) y a Franz Wedekind (y su inolvidable personaje de Lulú en El espíritu de la tierra y La caja de Pandora). La parálisis de los hermanos en hamlet está muerto es hamletiana: ambos se debaten entre actuar o no en un mundo vacío de sentido. Como en la obra de Shakespeare, el hecho de que la madre de Hannes (cuyo nombre evoca el de Hamlet) se haya acostado con el padre de los hermanos (trasunto del tío del Hamlet shakespeariano) es uno de los factores desencadenantes de la tragedia final (el suicidio del padre de Hannes, en Palmetshofer). Por último, Eduardo II es una recreación, en clave actual, de la obra homónima de Cristopher Marlowe.

Sin embargo, el logro más sobresaliente de Palmetshofer es, en nuestra opinión, su rica invención lingüística. Es aquí donde brilla toda su originalidad dramática. Siguiendo la senda abierta por Thomas Bernhard, sus piezas teatrales vienen a ser verdaderas composiciones musicales, en las que el elemento principal es el ritmo, fundamentalmente alcanzado gracias a la constante repetición lingüística, una y otra vez interrumpido mediante la fractura del discurso y la intencionada alteración de su orden habitual. Merece la pena citar un pasaje de, por ejemplo, habitar. bajo vidrio a fin de que nos podamos hacer una idea de este recurso: «Jeani. Tú. / Babsi. Tú / Jeani. Tú. Sí. / Babsi. Tú. / Jeani. Dejado. Sí. / Babsi. Dejado ir. / Jeani. Te has dejado ir. / Babsi. Tú. / Jeani. Te. / Babsi. Te dejado ir. / Jeani. Tú has. / Babsi. Te has dejado ir. / Jeani. Por dentro simplemente dejado ir. / Babsi. Dejado. / Jeani. Siempre dejado. / Babsi. Siempre por dentro dejado.» Aquí Jeani y Babsi, después de muchos años sin haberse visto, intentan comunicarse e intercambiar sus respectivas impresiones sobre el otro, pero lo único que alcanzan a exteriorizar es un diálogo repetitivo y fracturado que no acaba de avanzar, que no consigue expresar un verdadero mensaje humano. La repetición y la fracturación lingüísticas apuntan a la fracturación e incomunicación humanas. Debido a ello, la acción se estanca y tenemos la impresión de estar asistiendo a una situación trivial, sin interés. Aunque el empleo continuo de este recurso ha podido parecer monótono a algún crítico, la repetición tiene una significación muy honda y un largo recorrido literario y teatral, sobre todo en la dramaturgia alemana del siglo XX. De ella se servía ya la tragedia griega: allí, la repetición aparece asociada al lenguaje del coro, como un estribillo que busca destacar e imponer las opiniones de la comunidad sobre las individuales del héroe trágico. A buen seguro apoyándose en ello, Heiner Müller, cuyas recreaciones de tragedias griegas son bien conocidas, elevó la repetición a principio estético-dramático en una obra como Mauser (1974): en esta, un coro formado por los miembros de un tribunal revolucionario comunista, trasunto del coro ciudadano griego, somete a juicio a un verdugo comunista con la intención de condenarlo por no haber realizado su trabajo acorde a los principios de la revolución; la continua repetición de los eslóganes comunistas por parte del coro (e incluso por parte del verdugo, que asume, como víctima, el lenguaje del poder) actúa como una forma de imposición de la ideología comunitaria sobre el individuo. Thomas Bernhard, por su parte, parece haber dotado a la repetición del sentido musical y dramático que recoge Palmetshofer. Las piezas teatrales de Bernhard suelen estar compuestas, en su mayor parte, por larguísimos monólogos de personajes, que, incapaces de establecer una verdadera comunicación con los demás, dan rienda suelta a un discurso repetitivo de sus propias obsesiones. A la vez, la acción se paraliza, o se torna banal, o simplemente desaparece. En su lugar, el lenguaje experimenta una inflación repetitiva que, lejos de constituirse, como en el coro griego o en Müller, en altavoz de la opinión mayoritaria, pasa a ser expresión de la incomunicación individual. Esa es también, como acabamos de ver, la significación que adquiere en Palmetshofer, al menos en sus primeras obras. Sin embargo, Palmetshofer no se queda ahí. A veces, como en hamlet está muerto, la repetición parece actuar como un velo que disfraza la expresión de los inefables secretos de los personajes (lo cual no deja de ser otra forma, quizá más sutil, de incomunicación humana). En dicha obra, los personajes intentan contar su historia, rememorándola, reviviéndola a través de la propia representación de la obra, pero ese relato es tan trágico, les resulta tan doloroso que no surge con facilidad, sino que se estanca en continuas repeticiones y fracturas y no llega a destilar, más que a cuentagotas, los hechos trágicos, significativamente camuflados por el discurso. Todas las piezas posteriores de Palmetshofer generalizan la repetición como rasgo principal y distintivo de su estilo, en ocasiones con el riesgo de caer en cierta artificialidad y manierismo: en fausto tiene hambre la repetición nos parece caer a veces en el simple hermetismo. Sin embargo, en términos generales, la repetición de Palmetshofer da la impresión de querer revelar un hecho fundamental: la disociación entre palabras y hechos, entre lenguaje y ser. Más allá del sentido que se le atribuya, el logro del autor es indudable, y de primer orden: la creación de un originalísimo cosmos lingüístico.

La recepción de Palmetshofer en nuestro país ha sido, hasta el momento, escasa. En la página web del Goethe Institut (www.goethe.de), el equivalente en lengua alemana de nuestro Instituto Cervantes, se pueden solicitar en red las traducciones al castellano de habitar. bajo vidrio, hamlet está muerto. sin fuerza de gravedad, fausto tiene hambre y se atraganta con una grete y animal. ¿es que no se puede decir clase baja? (así traducido) y la traducción al catalán de hamlet és mort. no hi ha força de gravetat. En el ámbito escénico, viure sota vidre (traducción catalana de habitar. bajo vidrio) fue montada por la compañía LaCosa, que también realizaría una lectura dramatizada en catalán de dicha obra en la Sala Beckett de Barcelona, en el año 2014, con ocasión de la IX edición del Obrador d’estiu. Dicho obrador fue, asimismo, el marco de una lectura dramatizada en catalán de hamlet és mort. no hi ha força de gravetat y contó con la presencia del propio Palmetshofer como dramaturgo invitado.

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Antonio Mauriz Martínez

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© Reinhard Maximiliano Werner

© Reinhard Maximiliano Werner. Ewald Palmetshofer
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Uno de los principales logros de toda dramaturgia

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(Dramaturgo en Barro. Mapas de las ruinas de Europa I Ejemplar 2

ENTREVISTA A Guillem Clua

ENTREVISTA A

Guillem Clua

¿Tras realizar una crónica inducida por la opinión de dos enviados especiales, traducida la experiencia vivida por estos dos actores invidentes y sus perros guía, reinterpretada espero que con acierto, me decidí a entrevistar a uno de los autores de la obra, Guillem Clua, que estaba disponible en esas fechas.

MJ.- Formas parte del elenco de dramaturgos que han escrito para La Joven. Es la tercera pieza que escribes para esta compañía. ¿Qué propició tu colaboración, cómo surgió vuestro primer proyecto común?
G.- El primer proyecto de la compañía fue Invasión y surgió tras la colaboración con el director José Luis Arellano con mi obra La piel en llamas, que estrenamos en el CDN en 2012. Nos entendimos muy bien en ese proyecto y enseguida me propuso que escribiera un texto inédito para lo que acabaría siendo LJC.

MJ.- Has escrito el texto de Barro a la limón con Nando López. ¿Podrías describirnos el proceso de trabajar en un texto junto a otro dramaturgo?
G.- Era la primera vez que trabajaba a cuatro manos un texto teatral y ha sido una gran experiencia. Estoy acostumbrado a trabajar en equipo en TV pero nunca antes lo había hecho en teatro, pero con Nando ha sido muy fácil y fructífero, no solo por su enorme talento y generosidad, sino porque tenemos maneras muy similares de entender la escritura teatral. Siempre digo que lo mejor de ese proceso ha sido, a parte del resultado artístico, el hecho de haber ganado un amigo.

MJ.- El subtítulo de la obra hace referencia a las ruinas de Europa. ¿Qué es Europa? ¿Qué condicionantes crees que impulsaron en su momento la idea de Europa? Dado el panorama actual, ¿consideras que el proyecto europeo tiene futuro?
G.- Precisamente esta obra nos ha servido para plantearnos esas preguntas, pero no tenemos las respuestas. Sí es cierto que Europa vive una crisis muy profunda en su identidad, su proyecto de futuro y su lugar en el mundo. De ahí que surjan de nuevo nacionalismos y autoritarismos que creíamos erradicados. Para respondernos a las preguntas sobre lo que es y será esa idea de Europa que se está desmoronando, hemos decidido mirar hacia atrás y reflexionar sobre el camino recorrido. Por eso en la primera obra de la tetralogía vamos a 1914, a una guerra que redefinió el continente para siempre. Solo mirando atrás entenderemos lo que nos puede deparar el futuro.

MJ.- ¿Qué conexiones adviertes entre las luchas sociales del pasado, de la época a la que se refiere la tetralogía de Mapa de las ruinas de Europa, y las luchas sociales en la actualidad? ¿Crees que deberían acometerse otras reivindicaciones activas que no se estén llevando a cabo?
G.- De nuevo, aprender sobre el pasado es la clave. A menudo nos quieren vender que las luchas ideológicas ya no tienen sentido o que las revoluciones no conducen a nada. No estoy de acuerdo. No creo que haya que salir a tomar el Palacio de Invierno ni optar por la violencia, pero sí es cierto que las reivindicaciones tienen que vehicularse a través de una lucha social por el bien común. Si nos dormimos en este sentido, podemos ir hacia atrás en muchos ámbitos y cuestionar derechos ya adquiridos, como está ocurriendo ya de hecho con el auge de partidos de extrema derecha.

MJ.- ¿Consideras que el arte debe tener una dimensión política? ¿Hasta qué punto y en qué sentido?
G.- Toda expresión artística tiene un posicionamiento moral y político aunque su autor no quiera. Así, no es que el arte DEBA ser político, es que ya lo es por definición. Toda comunicación pública de una idea tiene consecuencias en un grupo amplio de personas. Para mí eso ya es un acto político. Lo que comuniques con ello ya es otro tema.

MJ.- No sé si sabes que Actuantes envió a dos personas invidentes a presenciar la función, con la intención de que colaborasen con la revista. Nos enviaron un informe sobre su experiencia esa tarde. ¿Se suele tener en cuenta la diversidad del público a la hora de montar un espectáculo?
G.- En general creo que no suele tenerse en cuenta la diversidad del público en ese sentido durante el proceso creativo, pero creo que debería haber muchas iniciativas para hacer accesible el teatro a personas invidentes o con problemas de audición de manera habitual, especialmente en teatros públicos.

MJ.- ¿Cuál ha sido tu trayectoria como dramaturgo en lo que se refiere al aspecto formal de tu obra?
G.- Mi obra siempre ha sido muy ecléctica, he escrito dramas, comedias, musicales, dramaturgias para danza… es decir que me cuesta establecer una evolución objetiva de mi estilo. Mi tendencia siempre ha sido más hacia lo naturalista y hacia la trama argumental, eso sí, supongo que por influencia de mi trabajo en TV y cine, pero eso está cambiando. Actualmente me interesa mucho el terreno de la auto-ficción.

MJ.- Tus textos han sido traducidos a varios idiomas y se han representado en otros países. En estos momentos, ¿hay alguna de tus obras que está en cartel fuera de España?
G.- Sí, La Golondrina está en cartel en Atenas, Montevideo y girando por Italia. La piel en llamas, en Argentina.

MJ.- Y, en España, ¿qué textos tuyos se están representando en estos momentos?
G.- La Golondrina, con Carmen Maura y Félix Gómez, está girando por España y llega al Teatro Infanta Isabel a partir del 12 de marzo. Una producción en catalán de Smiley está girando por las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana.

MJ.- Escribes, además, guiones para televisión. ¿En qué medio te sientes más cómodo, trabajando para televisión o en el ámbito teatral?
G.- En ambos me siento muy a gusto. Me siento muy afortunado de poder dedicarme a los dos y de poder complementarlos bien.

MJ.- ¿Qué es lo que te mueve como artista, a la hora de continuar con tu labor?
G.- Seguir contando historias, emocionando y planteando preguntas a los espectadores sobre cuestiones que nos afectan a todos.

MJ.- En tu faceta de profesor de escritura dramática supongo que te encontrarás con nuevos talentos a los que orientarás de algún modo en su carrera… ¿Cómo percibes el futuro? ¿Crees que el teatro de texto perderá poder de convocatoria, debido a las otras corrientes que prescinden del texto o lo ponen en segundo plano?
G.- Vienen generaciones con muchísimo talento y dispuestos a contar historias como nadie lo ha hecho antes, ya que los jóvenes son menos pudorosos a la hora de mezclar géneros y romper reglas. En eso soy optimista, pero creo que lo van a tener muy difícil. Cada vez es más complicado vivir del teatro, no tanto porque pierda poder de convocatoria (creo que el teatro siempre tendrá público porque el espectáculo en vivo de momento no se puede reproducir, es algo único), como por el hecho de que un país no puede absorber tantos nuevos creadores si no cambian radicalmente las políticas culturales, especialmente de los teatros públicos.

MJ.- ¿Son importantes los premios?, porque tú has recibido unos cuantos…
G.- Sí, lo son cuando estás empezando. Sirven para darte a conocer de manera muy eficaz. También suelen constituir un aporte económico que raras veces es posible alcanzar con una puesta en escena.

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MJ CORTÉS ROBLES

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© Foto de Enrique Toribio

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